El Estado de Chile ha trabajado en la implementación de infraestructura y equipamiento tecnológico en las escuelas desde los años 90, alcanzando un 74,2% de escuelas con conexión a internet gracias a Enlaces.
Además, Chile ha avanzado en democratización del conocimiento a través de recursos digitales para estudiantes y docentes, al igual que países como Colombia y Costa Rica. Sin embargo, países de Europa y Asia tienen enfoques más colaborativos en el aula, como la colaboración en la creación de recursos educativos. Se sugiere promover iniciativas que permitan a los docentes compartir recursos y aprender a crear/editarlos.
La implementación de sistemas de información como el SIGE y el libro de clases digital son otros avances destacados pues permiten integrar en un solo lugar información relevante sobre estudiantes, docentes, establecimientos educacionales, y tomar decisiones en base a datos de gestión administrativa. Pero, aún queda un camino por recorrer en cuanto a la implementación de herramientas más avanzadas para la toma de decisiones basada en datos, como el análisis de big data y la inteligencia artificial.
En cuanto a capacitación docente en TIC, Chile necesita ir más allá, en promover la formación en aspectos tales como ciudadanía digital, ciberseguridad y metodologías activas de aprendizaje. Es necesario ofrecer cursos de capacitación a nivel nacional, tanto en formación inicial como en perfeccionamiento profesional, para aumentar la confianza digital de los docentes y fomentar la innovación.
Por su parte, un problema en Chile es que la alfabetización digital productiva es baja, lo que provoca que el país tenga trabajadores con la peor preparación en habilidades digitales.
Urge promover la alfabetización de la población que no cuenta con estudios y/o formación en tecnologías. En ese sentido, Chile aún no tiene una estrategia nacional de aprendizaje a lo largo de la vida como Estonia y Finlandia. Esto implica priorizar la generación de oportunidades de aprendizaje y una educación que fomente habilidades y actitudes hacia el aprendizaje y la cultura digital.
Un cambio educacional profundo implica promover la enseñanza de actitudes para el aprendizaje a lo largo de la vida, independiente del contexto en el cual estas se aprendan.
En ese sentido, la educación a edades tempranas es clave para la promoción de habilidades socioemocionales y actitudes para el aprendizaje. En palabras de UNICEF (2018) “aunque el aprendizaje tiene lugar durante toda la vida, en la primera infancia se produce con una rapidez que luego nunca se igualará”.
Por último, las iniciativas de introducción de tecnologías en la educación en Chile son aún insuficientes en términos de implementación y sostenibilidad, y la pandemia ha demostrado la necesidad de flexibilizar el sistema educativo y promover cambios e innovaciones a corto plazo. Para lograr esto, se requiere mejorar las condiciones y capacidades de los actores educativos a través de una formación continua que incluya la innovación educativa como uno de sus ejes principales.